Mawida Ngen

Espíritus de la Montaña - Agrupación Medio Ambiental, Temuco - IX Región (mawidangen@gmail.com)

12.10.06

¿Porqué a los vertederos no se le ha dado una real solución?

El Reciclaje de la Basura

La gestión final de los residuos ha preocupado a la humanidad desde que existieron comunidades organizadas. Los avances tecnológicos, desde la pala hasta el reciclado y los incineradores con tratamiento purificador de humos, fueron facilitando el manejo de los deshechos producidos por el desarrollo de la actividad humana. A medida que ese desarrollo fue diversificándose y aumentando, también fueron aumentando los residuos generados, no solo en volumen sino también en peligrosidad.



En un cierto punto, esa peligrosidad se fue de escala pues comenzaron a aparecer productos de descarte con una concentración de sustancias tóxicas superior a la capacidad de asimilación del medio ambiente. La Naturaleza reaccionó espontáneamente y presenciamos con espanto los efectos en el biosistema: muerte de bosques por lluvia ácida, recién nacidos con malformaciones físicas, extinción de especies vegetales y animales, etc.

El ser humano a sido participe de todo esto, creando materiales contaminados y su uso irracional de estos componentes sin tener una voluntad política de aplicar medidas sustentables para la vida diaria.



Todo esto nos a llevado a una contaminación con riesgo grave para la salud, de las personas. El haber llegado a estas condiciones no es sólo la consecuencia inmediata de la creciente desocupación sino también de la ausencia de políticas integradoras y de fomento de formas de producción que apunten al reciclado de residuos, el cuidado y la preservación del medio ambiente: algo que muchos otros países, en Latinoamérica, comprendieron hace tiempo.

Los informes sobre la composición de nuestra basura indican que el 18,24 % corresponden a papel y cartón, 10% al plástico, 7% al vidrio y 3% a metales, que dispuestos de manera adecuada podrían ser recuperados.



Se trata de un verdadero despropósito considerando un país en crisis con altos índices de desempleo, y una incoherencia en términos de preservación futura y presente del espacio que habitamos. Estamos acostumbrados a tirar la basura en una misma bolsa y llevarla a la calle —respetando el horario determinado, en el mejor de los casos— para que el camión la retire. A partir de ese momento, nos desentendemos tanto de su destino como de las posibilidades de recuperación.

Por otro lado, este material reciclable sirve para que muchos otros trabajen, no sólo en este primer empleo de recolección, sino también en los procesos de carácter industrial. No son muchos los que saben, por ejemplo, que desde el año 2001 nuestro país importó de Brasil 100 millones de dólares de papel reciclado y 80 millones en vidrio.



El cartón corrugado, el de las cajas, está hecho íntegramente con papel recuperado, por dar sólo algunos ejemplos. Esta industria, que podría crecer, se sustenta en el trabajo de los "recolectores" que diaria y eficientemente recuperan estos materiales en la marginalidad y aprovechan lo que de otra forma se enterraría definitivamente, demostrando que nuestro actual sistema de gestión de los residuos es irracional, antieconómico y antiecológico.

De manera que modificar usos y costumbres pasa, en primer término, por entender la dimensión del tema en el que interactúan los que producen la basura, los que la reciclan y quienes la generan.



Según un estudio realizado por la Universidad de Chile el 60% de los cartoneros son trabajadores (obreros de la construcción, textiles, gastronómicos, etc...) que perdieron su empleo en los últimos cinco años. Trabajan con sus familias, expuestos a la contaminación y con una expectativa de vida de 45 años, siendo 75 años la del resto de la población chilena. Sus hijos engrosan las filas del trabajo infantil que, según informes de UNICEF, "conduce al retraso escolar o directamente al abandono, a menores ingresos en la vida adulta, a acceso a trabajos no calificados y a la reproducción de las condiciones de pobreza que originaron su deserción escolar temprana".



Es el momento de impulsar la formación de cooperativas, micro emprendimientos, comité de adelantos, juntas de vecinos, organizaciones sociales y ecológicas, para que reconozcan su lugar dentro del sistema de recolección de residuos. De este modo, el Estado podría reemplazar el sistema de empleos esporádicos o de emergencia que va creando en temporadas conflictivas, por empleos genuinos, desarrollando emprendimientos productivos que deberán tener, como insumo básico, los materiales recuperados.

** Mawida Comunicaciones.